Ir al Sitio Oficial del Festival Internacional de Jazz de Punta del Este.
Página 12, 9 de enero de 2004
MUSICA JAZZ EN LAPATAIA

En Punta, la modernidad es parte de la tradición

El clarinetista y saxofonista James Carter, al frente de su grupo, será una de las principales atracciones del Festival Internacional de Jazz de Lapataia, que comienza hoy a la noche, a pocos kilómetros de Punta del Este.

Por Diego Fischerman

Carter es la figura del festival que se hace en el Tambo El Sosiego.

James Carter es un músico atípico. O, mejor, un músico posmoderno, aunque en un sentido que nada tiene que ver con la posibilidad de la cita fría o de la falta de individualidad sino, más bien, con la absoluta certeza de que la modernidad es cosa del pasado. Es decir: parte de la tradición. Clarinetista y saxofonista virtuoso, incluso en el nada frecuente saxo bajo, su estilo puede ir con facilidad –y a veces en cuestión de segundos– del staccato de los instrumentistas anteriores al swing y de un fraseo que remite a la vieja improvisación colectiva de Nueva Orleans al free más iconoclasta. En el adocenado ambiente del jazz neoyorquino, su figura irrumpió, hace unos quince años, como una de las grandes revelaciones del género. Con 35 años cumplidos hace una semana, Carter, al frente de su grupo, será una de las atracciones del Festival Internacional de Jazz de Lapataia, que comienza hoy a la noche.

“Albert Ayler en un lado y Johnny Hodges en el otro. Bird (Charlie Parker) y Trane (John Coltrane) llegaron después, en un camino que iba buceando hacia atrás y hacia delante”, dice este músico genial que entró al mundo del jazz profesional por una de las posibles puertas grandes, a los 17 años, cuando Wynton Marsalis lo contrató para que tocara con su quinteto. Poco después otro trompetista, situado en las antípodas estilísticas de Marsalis, lo llamó para que tocara con él. Lester Bowie, integrante del legendario Art Ensemble de Chicago y ligado a multitud de proyectos relacionados con el free más radical, y el conservador Marsalis fueron sus mentores, y tal vez en esa dualidad descanse parte del secreto de su originalidad.

En el Tambo El Sosiego, a pocos km de Punta del Este, donde se realiza este festival de jazz desde hace nueve años, todo está preparado para recibir a Carter, quien se presentará junto a Craig Taborn en piano, Leonard King en batería y Ralphe Armstrong en contrabajo. Y otro músico relacionado con él (integró su grupo tocando órgano) será uno de los protagonistas de la inauguración. Hoy, después de la presentación del nuevo disco del trompetista argentino Diego Urcola, estará Cyrus Chestnut, en trío junto a Michael Wawkins en contrabajo y Neal Smith en batería. El último número de esta noche será uno de los grandes pianistas de la escena del jazz internacional, Kenny Werner, quien, además de Johannes Weidenmueller en contrabajo y Ari Hoening en batería, contará con la presencia, como invitado, del notable saxofonista Chris Potter.

Werner, nacido en Brooklyn en 1951, empezó a tocar piano a los 4 años y a los 11 formaba parte de una orquesta de quince integrantes con la que se presentaba en televisión. Fue parte de la banda de Charles Mingus en Something Like a Bird. En 1981, Werner grabó su primer disco con composiciones propias, llamado I Beyond the Forrest of Mirkwood. Con un estilo lleno de sutileza, caracterizado por la fantástica precisión del fraseo y la claridad en la definición de los planos, Werner acompañó a grandes nombres del free como Archie Shepp y fue parte, también, de grupos más tradicionales, como la clásica big band de Mel Lewis, a la que ingresó en 1984. Parte de los proyectos de músicos tan importantes como Bob Brookmeyer, John Abercrombie, Lee Konitz o John Scofield, entre otros, Werner grabó algunos discos extraordinarios: A Delicate Balance, con Dave Holland y Jack De Johnette, y Beauty Secrets, junto Drew Gress y Billy Hart y con invitados como Joe Lovano y la notable cantante Betty Buckley. También formó un dúo con el armoniquista Toots Thielemans, con quien estuvo aquí en Lapataia hace dos años. La edición de este año concluirá este domingo con las actuaciones del Popo Romano Trío, dos percusionistas de gran nivel, Andy Narell y Dave Samuels, el primero en batería y percusión y el segundo en marimba y vibráfono, celebrando los cincuenta años con la música del director artístico del festival, Paquito D'Rivera, junto al pianista argentino Darío Esquenazi, Mark Walker en batería y Oscar Stagnaro en contrabajo y, en el final, el propio D'Rivera presentando un proyecto al que bautizó Brazilian Dreams. Allí estará su quinteto junto al magnífico grupo vocal The New York Voices


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